lunes, 16 de abril de 2012

II. INSTRUCCIONES. 3,1-18.

3                  1En fin, hermanos, pedid por nosotros, para que el mensaje del Señor se propague rápidamente y sea acogido con honor como entre vosotros. 2Pedid también que nos veamos libres de la gente malvada y sin principios, pues no todos son de fiar; 3el Señor sí es de fiar y él os afianzará y os guardará del malvado. 4El Señor nos da la certeza de que cumplís y cumpliréis nuestras instrucciones; 5que el Señor os dirija hacia el amor de Dios y la constancia del Mesías.
                         6Hermanos, éstas son nuestras instrucciones en nombre del Señor, Jesús Mesías: Retraeos de todo hermano que lleva una vida irregular y no sigue la tradición que recibió de nosotros. 7Bien sabéis en qué forma hay que seguir nuestro ejemplo: estando con vosotros, no estuvimos ociosos, 8no comimos el pan de balde a costa de alguien, sino con fatiga y cansancio, trabajando día y noche para no seros gravoso a ninguno. 9Y no es que no tuviéramos el derecho de hacerlo, pero queríamos presentarnos ante vosotros como un modelo a imitar, 10pues cuando estábamos ahí os dimos esta norma: el que no quiera trabajar, que no coma. 11Es que nos hemos enterado de que algunos de vuestro grupo viven en la ociosidad, muy ocupados en no hacer nada; 12a éstos les mandamos y recomendamos en nombre del Señor, Jesús Mesías, que trabajen pacíficamente y así ganen para comer. 13Por vuestra parte, hermanos, no os canséis de hacer el bien, 14y si alguno no hace caso de lo que decimos en la carta, señaladlo con el dedo y hacedle el vacío, para que se avergüence. 15No quiero decir que lo tratéis como a un enemigo, sino que le llaméis la atención como a un hermano.
                      16Que el Señor de la paz os conceda la paz en toda circunstancia y en todo. El Señor os acompañe a todos.
                      17La despedida, de mi mano: Pablo; ésta es la contraseña en todas las cartas, ésta es mi letra. 18El fervor de nuestro Señor, Jesús Mesías, os acompañe a todos.

EXPLICACIÓN.

1-18.             El autor pide oraciones para cumplir su misión y para que se propague el mensaje aun en medio de la oposición. Confianza en que los tesalonicenses seguirán sus instrucciones (1-5).

                     Para las instrucciones que siguen, apela a la autoridad del Señor. Aconseja fuertes medidas contra los que no se comportan como se debe, refiriéndose particularmente a los que han dejado de trabajar por creer en la inmanencia del día del Señor (sf. 1 Tes 4,11) (6). Pablo se pone como ejemplo (7-9). Quien no contribuye con su trabajo al bien de los demás, no tiene derecho a participar de los frutos del trabajo (10). Conducta con los que no hacen caso de estas instrucciones; prácticamente se les expulsa de la comunidad, pero no definitivamente (11-15).


                    Bendición (16). Despedida de puño y letra de Pablo (cf. 1 Cor 16,21; Gál 6,11; Col 4,18); la insistencia en la autenticidad de la carta puede corresponder a la mención de cartas apócrifas que habían agitado a los tesalonicenses (2,2) (17). Deseo final (16-18).

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