2 CARTA A LOS TESALONICENSES. PDF
sábado, 11 de mayo de 2013
lunes, 16 de abril de 2012
II. INSTRUCCIONES. 3,1-18.
3 1En fin, hermanos, pedid por
nosotros, para que el mensaje del Señor se propague rápidamente y sea acogido con
honor como entre vosotros. 2Pedid también que nos veamos libres de la gente
malvada y sin principios, pues no todos son de fiar; 3el Señor sí es de fiar y
él os afianzará y os guardará del malvado. 4El Señor nos da la certeza de que
cumplís y cumpliréis nuestras instrucciones; 5que el Señor os dirija hacia el
amor de Dios y la constancia del Mesías.
6Hermanos, éstas son nuestras instrucciones en nombre del Señor, Jesús
Mesías: Retraeos de todo hermano que lleva una vida irregular y no sigue la
tradición que recibió de nosotros. 7Bien sabéis en qué forma hay que seguir
nuestro ejemplo: estando con vosotros, no estuvimos ociosos, 8no comimos el pan
de balde a costa de alguien, sino con fatiga y cansancio, trabajando día y
noche para no seros gravoso a ninguno. 9Y no es que no tuviéramos el derecho de
hacerlo, pero queríamos presentarnos ante vosotros como un modelo a imitar,
10pues cuando estábamos ahí os dimos esta norma: el que no quiera trabajar, que
no coma. 11Es que nos hemos enterado de que algunos de vuestro grupo viven en
la ociosidad, muy ocupados en no hacer nada; 12a éstos les mandamos y
recomendamos en nombre del Señor, Jesús Mesías, que trabajen pacíficamente y
así ganen para comer. 13Por vuestra parte, hermanos, no os canséis de hacer el
bien, 14y si alguno no hace caso de lo que decimos en la carta, señaladlo con
el dedo y hacedle el vacío, para que se avergüence. 15No quiero decir que lo
tratéis como a un enemigo, sino que le llaméis la atención como a un hermano.
16Que el Señor de la paz os conceda la paz en toda circunstancia y en
todo. El Señor os acompañe a todos.
17La despedida, de mi mano: Pablo; ésta es la contraseña en todas las
cartas, ésta es mi letra. 18El fervor de nuestro Señor, Jesús Mesías, os
acompañe a todos.
EXPLICACIÓN.
1-18. El
autor pide oraciones para cumplir su misión y para que se propague el mensaje
aun en medio de la oposición. Confianza en que los tesalonicenses seguirán sus
instrucciones (1-5).
Para las instrucciones que siguen, apela a la autoridad del Señor.
Aconseja fuertes medidas contra los que no se comportan como se debe,
refiriéndose particularmente a los que han dejado de trabajar por creer en la
inmanencia del día del Señor (sf. 1 Tes 4,11) (6). Pablo se pone como ejemplo
(7-9). Quien no contribuye con su trabajo al bien de los demás, no tiene
derecho a participar de los frutos del trabajo (10). Conducta con los que no
hacen caso de estas instrucciones; prácticamente se les expulsa de la
comunidad, pero no definitivamente (11-15).
Bendición (16). Despedida de puño y letra de Pablo (cf. 1 Cor 16,21; Gál
6,11; Col 4,18); la insistencia en la autenticidad de la carta puede
corresponder a la mención de cartas apócrifas que habían agitado a los
tesalonicenses (2,2) (17). Deseo final (16-18).
EL IMPÍO.
2 1A propósito de la venida de
nuestro Señor, Jesús Mesías, y de nuestra reunión con él, os rogamos, hermanos,
2que no perdáis fácilmente la cabeza ni os excitéis por supuestas revelaciones,
dichos o cartas nuestras, como si afirmásemos que el día del Señor está encima.
3Que nadie en modo alguno os desoriente; primero tiene que llegar la apostasía
y aparecer la impiedad en persona, el hombre destinado a la ruina, 4el que se
enfrentará y se pondrá por encima de todo lo que se llama Dios o es objeto de
culto, hasta instalarse en el templo de Dios (Dn 11,36), proclamándose el mismo
Dios.
5¿No recordáis que
estando aún con vosotros os hablaba de esto? 6Sabéis lo que ahora lo frena,
para que su aparición llegue a su debido tiempo. 7Porque esta impiedad
escondida está ya en acción; apenas se quite de en medio el que por el momento
lo frena, 8aparecerá el impío, a quien el Señor Jesús destruirá con el aliento
de su boca (Is 11,4) y aniquilará con el esplendor de su venida.
9La venida del impío
tendrá lugar, por obra de Satanás, con ostentación de poder, con portentos y
prodigios falsos, 10y con toda la seducción que la injusticia ejerce sobre los
que se pierden, en pago de no haberse abierto al amor de la verdad que los habría
salvado. 11Por eso Dios les manda un extravío que los incita a creer a la
mentira; 12así todos los que no dieron fe a la verdad y aprobaron la injusticia
serán llamados a juicio.
13Por vosotros, en cambio,
debemos dar continuas gracias a Dios, hermanos amados por el Señor, porque Dios
os escogió como primicias para salvaros consagrándoos con el Espíritu y dándoos
fe en la verdad. 14Para eso os llamó por medio de la buena noticia que
anunciamos, para que sea vuestra la gloria de nuestro Señor, Jesús Mesías.
15Por tanto, hermanos, seguid firmes y mantened las tradiciones que os
enseñamos de palabra o por carta. 16Y que ese mismo Señor nuestro, Jesús Mesías
en persona y Dios nuestro Padre, que nos ha amado tanto y que graciosamente nos
ha dado un ánimo indefectible y una magnífica esperanza, 17os anime
interiormente y os afiance en todo bien de palabra y de obra.
EXPLICACIÓN.
1-17.
Opiniones exageradas sobre la inminencia del Día del Señor. El autor
niega haber dado pie a tal creencia (1-2). Contra lo dicho en 1 Tes 5,2s, donde
se afirmaba que el día del Señor llegaría de improviso, como un ladrón, aquí se
anuncian signos precursores que permitirán conocer su proximidad. Primero, la
apostasía, abandono de Dios o rebelión contra él, uno de los temas favoritos
del pesimismo de la apocalíptica judía. El juicio no afectará solamente a
perseguidores y perseguidos, sino también a la masa de la humanidad, que aún no
han tomado partido y que tiene que definirse. En segundo lugar, el mal
escondido en la historia humana ha de cristalizar en un personaje que no lleva
nombre (no se le llama "el Anticristo", el hombre destinado a la
ruina, el blasfemo y enemigo de Dios (Ez 28,2; Dn 11,36); la impiedad en
persona, lit. "el hombre de la impiedad". Lenguaje mítico (3-4).
El
pasaje que sigue es oscuro, por referirse a creencias que se dice haber sido
comunicadas antes de palabra; en 1 Tes no se expone nada semejante. Tiene
resonancias de los libros apocalípticos judíos, donde se habla de
confrontación, poco antes del fin, de las fuerzas del bien y del mal,
representado éste por cierto personaje, encarnación de toda maldad. Victoria
del Señor (Is 11,4; Sal 33,6). No puede determinarse con quién identifica el
autor a el que lo frena; algunos lo interpretan del orden legal del Imperio
romano (5-8).
El
impío, con sus portentos y prodigios, arrastrará a todos los que no se adhieren
a la verdad, es decir, a todos lo que aprueban la injusticia. Así se trazará la
línea divisoria entre los que merecen premio o condenación (9-12).
Acción de gracias. Los cristianos, en cambio, salvados por la acción de
Dios, conocen la verdad y practican el bien. Consagración por el Espíritu. La
adhesión al evangelio hace participar de la gloria del Señor Jesús. Pablo anima
a los tesalonicenses a perseverar, y ora para que se vean confirmados en el
ánimo y la actividad para el bien (13-17).
I. LA VENIDA DEL SEÑOR. 1,5-12.
5Esto es indicio claro del justo juicio de Dios, que se propone concederos su Reino, por el cual bien que padecéis; 6ya que será justo a los ojos de Dios pagar con aflicción a los que os afligen 7y con alivio a vosotros los afligidos junto con nosotros, cuando el Señor Jesús se revele, viniendo del cielo con sus poderosos ángeles, 8en medio de un fuego llameante, para hacer justicia contra los que se niegan a reconocer a Dios (Is 66,15) y a responder al evangelio de nuestro Señor Jesús; 9su castigo será la ruina definitiva, lejos de la presencia del Señor y del esplendor de su fuerza, 10cuando venga él aquel día, para que en sus consagrados se manifieste su gloria, y en todos los que creyeron, sus maravillas; y vosotros creísteis nuestro testimonio.
11Teniendo esto presente pedimos continuamente a nuestro Dios que os ponga a la altura de vuestra vocación y con su poder dé plena realidad a todo buen propósito y actividad de la fe; 12así glorificaréis a nuestro Señor Jesús y él a vosotros, con la generosidad de nuestro Dios y del Señor, Jesús Mesías.
EXPLICACIÓN.
5-12. El tema de la persecución conduce al del juicio de Dios. La persecución que sufren es la prueba de que este juicio será justo, porque Dios no es indiferente a la opresión. El autor relega el reino de Dios a la vida futura (5). Con imágenes libremente tomadas del AT, describe un juicio vindicativo, en que se dará su merecido a los perseguidores (cf. Is 66,15; Jr 10,25; Is 2,10.19-21) y el premio a los creyentes perseguidos. La venida será la revelación del Señor (cf. Zac 14,5; 1 Cor 1,7; 1 Pe 1,7.13)); sus poderosos ángeles, lit. "ángeles de su fuerza" (7); fuego llameante, temible majestad (8); aquel día (10), cf. 1 Cor 1,8; 5,5; 2 Cor 1,14; 1 Tes 5,2.4. La idea de que los que rechazan el evangelio sufrirán una condenación sin remedio se expresa en términos muy crudos, sin paralelo en los demás escritos de Pablo ni en el resto del NT (cf. Rom 12,19ss).
Sigue la oración que va unida ordinariamente al exordio. El autor pide que la fe/adhesión a Jesús se traduzca realmente en obras (11); a nuestro Señor Jesús, el gr. ónoma, "nombre", está por la persona misma (12).
1,1-4.
1 1Pablo, Silvano y Timoteo, a los que en Tesalónica forman la Iglesia de Dios nuestro Padre y del Señor, Jesús Mesías: 2Os deseamos el favor y la paz de Dios Padre y del Señor, Jesús Mesías.
3Es deber nuestro dar continuas gracias a Dios por vosotros, hermanos; y es también justo, pues vuestra fe crece vigorosamente, y vuestro amor, de cada uno por todos y de todos por cada uno, sigue aumentando. 4Esto hace que nos mostremos orgullosos de vosotros ante las iglesias, por la constancia de vuestra fe en medio de todas las persecuciones y agobios que soportáis.
EXPLICACIÓN.
1-4. Remitentes, destinatarios y saludo, casi idéntico al de 1 Tes. La mención de Silvano/Silas indicaría que la carta fue escrita muy poco después de la primera, pues Silvano no parece haber acompañado a Pablo después de su estancia en Corintio (cf. Hch 18,5) (1-2).
Exordio: Acción de gracias en tono solemne (Es deber nuestro... y es también justo) por la fe/adhesión y el amor mutuo crecientes de la comunidad (1 Tes 1,3). Ésta sufre persecución, pero la sobrelleva sin cejar en su fe; no menciona el autor el apoyo de la esperanza (cf. 1 Tes 1,3). Motivo de orgullo para Pablo y sus compañeros (3-4). Estas afirmaciones supondrían que Pablo había recibido nuevas noticias de Tesalónica después de las que motivaron la primera carta, de las que, sin embargo, no hace mención en ésta.
DIVISIÓN.
Dirección y exordio (1,1-4).
I. La venida del Señor (1,5-2,17).
II. Instrucciones (3,1-15).
Despedida (3,16-18).
I. La venida del Señor (1,5-2,17).
II. Instrucciones (3,1-15).
Despedida (3,16-18).
INTRODUCCIÓN.
La segunda carta a
los Tesalonicenses aparece dirigida, como la primera, por Pablo y sus compañeros,
Silvano y Timoteo (1,1). Como Silvano o Silas acompañó a Pablo sólo durante un
viaje misionero (Hch 15,40; 18,5), esta carta tendría que haber sido escrita
poco tiempo después de la primera.
La carta se escribe para
proponer una enseñanza sobre la venida del Señor (1,1-2,17). Ésta, sin embargo,
no coincide con la que se da en 1 Tes: mientras que en 1 Tes se afirma
claramente que no habrá señales que anuncien la venida (1 Tes 5,1-3), en 2 Tes
se enumeran una serie de signos precursores: la apostasía, la aparición del
impío que se instalará en el templo de Dios (2,3-4), sus prodigios y portentos
(2,9-10). Por otra parte, se supone que Pablo no visitó Tesalónica en el
intervalo entre las dos cartas; esto no obstante, se refiere a previas
instrucciones sobre el nuevo tema (2,5); alude además a un misterioso obstáculo
que frena la aparición del impío (2,6) como a cosa conocida, que sus lectores
pueden entender fácilmente. Pero su enseñanza en Tesalónica, según la primera
carta, expresaba una concepción completamente distinta ("sabéis
perfectamente", 1 Tes 5,1-2).
Las imágenes que usa 2 Tes
para describir la manifestación de Cristo: poderosos ángeles, fuego llameante,
hacer justicia, esplendor de su fuerza (1,7-9) están ciertamente tomadas del
acervo tradicional, pero su carácter espectacular no corresponde al gusto de
Pablo.
La autenticidad de la carta
queda, pues, muy dudosa. Podría atribuirse a un discípulo de Pablo que, a fines
del Siglo I, quiere salir al paso de ciertas inquietudes por el retraso de la
venida del Señor, que se había pensado inminente. La hipótesis de la
subitaneidad excitaba los ánimos, mientras que el proponer signos precursores los habría calmado,
convenciéndoles de que mientras éstos no se columbrasen la historia continuaría
su curso.
Es evidente que no pocas frases
de 2 Tes siguen muy de cerca a otras de 1 Tes, lo que cuadra más con un
imitador del exilio de Pablo que con la espontaneidad de éste. El probable
autor, convencido de continuar el espíritu de Pablo, refrendó su carta con la
despedida (2,17). Su propósito fue, sin duda, impedir el daño que estaban
haciendo ciertos rumores acerca de supuestas revelaciones, dichos y cartas de
Pablo (quizá algún falsario que soliviantaba a las comunidades), y se consideró
obligado a precisar el estado de la cuestión.
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